miércoles, 22 de junio de 2011

Stop!!!!!!!!!!!!!

    Hay un juego al que yo llamaba "Stop" y que ahora llaman "Tutifruti", que es ideal para pasar el rato, o eso creía yo. Jugando con unos niños de ocho y nueve años extraje interesantes conclusiones; algunas, me hicieron reír, otras...no tanto.

    Resulta que con la letra S, tenemos el color Sombra, el color Serrín y el color Semáforo (que engloba tres, claro está ); con la letra P, tenemos el color Pistón y el color Polipiedra   ( ahí uno no se pilla los dedos, porque no es el color de una piedra, no, es el color de varias ); y con la L, el color Lamprea ( ese color es de nivel avanzado, vaya).
    El caso es que esta gama cromática singular me provocó más de una carcajada, e incluso ternura por el convencimiento inocente de los niños.

    Lo que no me provocó ni risa ni ternura fue la competitividad con la que se enfrentaban al juego. Parecía un duelo a muerte, hasta tal punto que a uno se le saltaban las lágrimas porque sí valía el color Teja y no el color Tomate. ¡Habrase visto!. El dichoso Tutifruti se convirtió en un enfrentamiento personal. Yo estaba perpleja ante la intransigencia de los unos para con los otros.

    Menos mal que cuando terminó el combate la que sumaba los puntos era yo; así que me las arreglé para que todos, punto arriba, punto abajo, obtuvieran lo mismo. Aquello fue el acabose: miradas de rabia, empujones....

    Algo debemos estar haciendo mal con nuestros pequeños. Se están convirtiendo en el espejo de las frustraciones de sus padres. Cuando son bebés, tienen que rebasar al vecino en al menos un centímetro ; y pesar de doscientos gramos a medio kilo más. Eso sí, pasados los cinco, ni un gramo de más en esos cuerpecillos. ¡Qué horror!

    Luego llegan las notas. Si tu primo ha sacado un seis, saca un seis y medio o ni se te ocurra aparecer por casa. ¿Que Luisito va a judo? Pues tú a judo y a informática. ¿Que también va a Inglés? Pues directo a clases de Inglés y de Chino tibetano, que es muy necesario en los tiempos que corren.

    A un niño se le tiene que dar bien por narices el deporte, la música, cualquier tipo de actividad creativa....son una especie de superhéroes polifacéticos. Ellos no pueden ni con los pies, pero, tranquilos, ya están los padres para comprarles unos zapatos mejores que los de su compañero de pupitre. Con esos vuelan de una actividad a otra.

    Estos extenuados infantes se muestran ansiosos a lo largo del día. No digo yo, con esa agenda que ni un ministro. Pero entonces llega lo mejor:"¡Este niño es hiperactivo!"." Este niño no se concentra, tiene déficit de atención".

    Pero bueno!!!! Pero, ¿y cómo se van a concentrar? ¿cómo no van a parecer un amasijo de nervios?. El caso es que se busca al hijo perfecto, y esa perfección es directamente proporcional a lo que los padres no pudieron conseguir.

    Me horroriza ver el daño que infligen algunos progenitores sobre sus hijos, pero prefiero pensar que es de manera inconsciente. Si no es así, ya podemos ir aceptando los colores Sombra, Polipiedra o Lamprea, o nos tendremos que ver las caras con sus padres.

    "Hola, buenas tardes, quiero unos pantalones color Pistón" ¿Que no sabe lo que es? ¡¡¡¡Pues ahora mismo se lo digo a mi padre, idiota!!!!.

martes, 21 de junio de 2011

Gracias

El amor infantil sigue al principio: "Amo porque me aman". El amor maduro obedece al principio: "Me aman porque amo". El amor inmaduro dice: "Te amo porque te necesito". El amor maduro dice: "Te necesito porque te amo".
    
     El Arte de Amar, Erich Fromm.

     Soy de las que opinan que hablar del amor lo desgasta: "¿Por qué me quieres, cariño?"."¿Estás igual de enamorado que al principio?".  "¿Pero me quieres más o menos que antes?".
    Me horroriza que se intente medir el amor, cuantificarlo, verterlo en un tubo de ensayo y analizarlo continuamente en un laboratorio. Desvirtuamos el amor si lo limitamos.
    Demasiadas veces somos agresivos con aquel al que amamos: "No puedo vivir sin ti". Es un precio demasiado alto. Parecemos querernos más a nosotros mismos al decir esta frase. Nos amamos tanto que pensamos en cómo sería nuestra vida sin el otro. Egocentrismo disfrazado de amor in extremis.
   
    La parte más triste: dejarse querer. Quizá ésa sea la muestra más evidente de no amar en absoluto a tu pareja. Aprisionas su amor, no lo dejas ir. Narcisismo disfrazado de rutina. Es ese amor infantil del que habla Fromm: "amo porque me aman".... Y suenan campanadas lejanas el Día de los Difuntos..... 

    Sólo los valientes gritan sin atisbo de temblor en su voz: "Si no eres feliz conmigo, busca tu felicidad con otra persona". Aún sintiéndose enamorados, esbozan el último suspiro y dejan al amado partir...lejos...sin obligarles a entonar el mea culpa. Sólo un amor real es capaz de observar el momento agónico de la despedida y no regalar lágrimas al tiempo. Es el amor sin máscaras, exento de atrezzo.

       Y un día, cuando la niebla parece cubrirlo todo, sientes que no necesitas hablar más del amor. Un día, de repente, dejas de leer a Fromm. Colocas cuidadosamente el libro en la estantería y te giras para acunarte en los brazos de tu amado. En ese regazo, te sientes protegido, a veces desquiciado, apoteósico, desvalido, calmado...dichoso. Pero es tu regazo, el tuyo. Y no tiene forma, ni tamaño, ni color, ni medida..... Ni siquiera tiene tacto...............
 

domingo, 19 de junio de 2011

La paella más importante de la historia

    Me he pasado una parte de la mañana preparando el puré a mi hijo con el mismo mimo de siempre. Unas patatitas por aquí, unas judías verdes por allá, calabaza que le endulce un poco, puerro que le da sabor...Y pescado, que hoy le tocaba pescadito al niño.

    Ya casi había claudicado en el intento de que masticara. Desde que cumplió "un año", llevo intentando que mastique. Por fin!!, ahora que tiene un año ya no tendrá que comer puré todos los días. Sí, sí, sí, sí, que me lo había creído yo eso. Le acercaba un pedacito de jamón york previamente desmenuzado y parecía que le acercaba cianuro. Al final, como es un santo, se comía media loncha pero gustarle lo que se dice gustarle, no, en absoluto.

    Otro día, con la misma paciencia, desmenuzaba pescado. Pufffff, después de media hora, me rendía y volvía al puré. Después de estas batallas absurdas entre la comida sólida y mi hijo, pensé que ya masticaría, que no iba a estar toda la vida así. No me imagino yo a Nico con sus amigos de pinchos por ahí y diciéndole al camarero: "Por favor, a mí las bravas y el jamoncito me lo bate".

    Hago un inciso para aclarar que mastica lo que le da la gana, a saber: patatas fritas,de bolsa y de las del burger; chaskys (que mira que son duros); por supuesto gusanitos; churros!!! poniéndose de grasa hasta las cejas. Vamos, que me toma el pelo.

   Y a lo que iba. Hoy preparo su purecito, y paella para nosotros. Cuando me doy cuenta, mi querido hijo, el de la ley del mínimo esfuerzo, mete la mano en la paella y empieza a saborear como si fuese jamón de bellota. Sin dudarlo, he desterrado al puré y le he plantado un plato de paella. Que se lo ha comido!!!! Que se lo ha comido!!!!

   Para mí, ésta ha sido la paella más importante de la historia y Nicolás me ha vuelto a demostrar que, por mucho que yo me empeñe, el ritmo lo marca él, que para eso tiene 14 meses, hombre!!!.

    Añado que se ha ido a dormir la siesta amarillo, de pies a cabeza. ¿Y qué importa? Ha comido paella!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

sábado, 18 de junio de 2011

Un silencio que ahoga

    El grito más desgarrador es el que no se oye. Es un grito tan incandescente que te hiela la carne. La sonrisa mutilada, la mirada errante, el corazón desamparado.

   Munch, marcado por una infancia dura, vivió en una esfera difusa entre la cordura y la paranoia. La rigidez de su padre le hizo sufrir una incomprensión que se grabó a fuego en sus entrañas.

    La incomprensión, la falta de cariño, el desasosiego, la búsqueda inútil y desesperada. Se convierten en carcoma que van alterando el ritmo cardiaco. Al principio, de manera sutil. Más tarde, el corazón se ha cercenado tanto que ya apenas retumba.

    "Quitarse la vida es de cobardes". Malditas frases hechas!!! Malditas frases que generalizan y hacen universal algo tan críptico. Un corazón de ritmo tierno ha dejado de latir definitivamente, ha dejado de suspirar en el vacío. Y nadie podrá tildar de cobarde a un alma excepcional, distinguida, a la que no supieron comprender en vida.

   Su grito silencioso deja tras de sí un halo de cordura mayor del que hubiese imaginado. Ahora que su corazón ha desconectado el latido, retumba con rabia, ensordece a todos y se aleja con una sonrisa quebrada.

    Vayas donde vayas, ya has vencido. A tu manera, pero has vencido. Donde estabas tú, quedará silencio, y tras el silencio, un grito eterno.

    Esto es tuyo, Andrea.

jueves, 16 de junio de 2011

Ahora me enfado y no respiro!

    La gente tiene derecho a enfadarse por lo que quiera, eso está claro. Partiendo de esa base, a veces no comparto la energía malgastada en la ira derrochada por motivos más que nimios.

    Por ejemplo, el otro día en youtube, leía perpleja como alguien descargaba toda su tormenta sobre las letras de las canciones de Ricky Martin. De acuerdo que el boricua no se caracteriza por la profundidad de sus temas ( absurdas del todo, sí, sí, sí... ). Pero yo prefiero reírme que malgastar mi adrenalina. Si no, que se lo digan a los "indignaos", que están ellos como para pensar en las letras de Ricky Martin.

    ¿Y la señora que se enzarza en una discusión de más de diez minutos porque alguien se le ha colado en la cola de la frutería? Bueno...se le olvida hasta que los plátanos han subido una barbaridad. Eso no importa. Se desgasta por dentro y por fuera mostrando su indignación a la aprovechada. Porque eso sí que es ser aprovechada y no Camps con sus trajes.





    Y yo con estos pelos!!!! Los niños contemplan atónitos como sus mayores se transforman en Mr.Hyde a la mínima de cambio: décimas de segundo de más en un semáforo ya en verde, un penalty mal pitado, la lluvia, que no queden yogures de tu sabor favorito...es más, que no queden yogures en absoluto. Son auténticos dramas que provocan que la gente pierda los nervios con una desmesura atronadora.

    ¿De verdad merece la pena? Creo que no se canaliza bien el malestar. Porque mientras una señora vuelve a casa sudorosa porque en las rebajas le han quitado el único vestido de su talla que quedaba, los políticos campan a sus anchas por el maravilloso mundo del engaño descarado.

    Panem et circenses. Pasen y vean señores, pasen y vean!!!

martes, 14 de junio de 2011

El traje de buzo

-Cuando alguien busca-dijo Siddhartha-,suele ocurrir que sus ojos sólo ven aquello que anda buscando,y ya no logra encontrar nada ni se vuelve receptivo a nada porque sólo piensa en lo que busca,porque tiene un objetivo y se halla poseído por él. Buscar significa tener un objetivo.Pero encontrar significa ser libre,estar abierto,carecer de objetivos.

    Siddhartha, Hermann Hesse


Hace un par de días, Marta dejó de lado todos sus objetivos. Creo que se sentía agotada de disparar al centro de la diana una y otra vez. 
Y se fue...No se propuso nada, y se fue...

Al volver, tomó las últimas decisiones para poder sentirse libre. Desplegó sus alas y vio que colgaban algunos jirones pero, por primera vez, no le importó. De cualquier modo, eran sus alas y le llevarían donde necesitaba ir, al principio de todo.

Se había empeñado tanto en desenmarañar su día a día, que no se había permitido el lujo de observar con admiración el caos. Se había propuesto con tal ahínco encontrar los motivos, que no había reparado en el horizonte. Y estaba justo allí, frente a ella, más amenazante que nunca pero tan hermoso.........

Se miró en el espejo y el brillo de su mirada le hizo estremecerse con el poder de los que se consideran vulnerables. No tenía que ser perfecta, ni siquiera tenía que ser nada. Tan sólo discurrir, explotar, claudicar.

Cuando dejó de buscar, halló. El origen de todo estaba en el traje de buzo. No le estaba permitiendo sentir en su piel la belleza carnal del fondo marino. 



 

lunes, 13 de junio de 2011

Clementine

Cuando nos empeñamos en olvidar algo, comienza la obsesión y cobran fuerza inusitada los recuerdos. Quizá sea mejor dejar fluír la conciencia...o el subconsciente...porque planear el olvido implica aferrarte al recuerdo irremediablemente.

    Así le sucede a Joel en Olvídate de mí. Jim Carrey abandona su máscara hiperbólica, su flequillo histriónico, para convertirse en un personaje dramático envuelto en una sutileza fantástica. Por no hablar de Kate Winslet, que podía haberse ahorrado su crucero en el Titanic pata embarcarse tan sólo en esta historia de magia cotidiana.

    Cuando Joel descubre que Clementine ha hecho borrar los recuerdos de su amor, decide hacer lo mismo. Será entonces cuando caiga en la cuenta de la dimensión de su pasión, de todos los momentos que podía haber aprovechado y no lo hizo, de las miradas que negó a Clementine....

 Porque Clementine es un alma excepcional. Que decide entregarse al olvido porque la pasión se ha ido diluyendo y no lo soporta. Poque podría continuar con esa relación anodina pero es tan pesada la carga...

    Muchas veces dejamos que sea el ritmo de los acontecimientos quien decida por nosotros. Necesitamos una excusa, una justificación para enfrentarnos a nosotros mismos. La falta de latido, la mirada cansada casi yerta, la aspereza al respirar...deberían ser suficientes.
  
    No deseo tocar el cielo con las manos. Sólo quiero acunar la sensación de hacerlo, pero cuanto más lejano observo el cielo, más serena me encuentro. El día que ese azul opaca mis sentidos, no espero más. Ese día trunco mi trayectoria.


Yo lo noto: cómo me voy volviendo
menos cierto, confuso,
disolviéndome en el aire
cotidiano, burdo
jirón de mí, deshilachado
y roto por los puños
Yo comprendo: he vivido
un año más, y eso es muy duro.
¡Mover el corazón todos los días
casi cien veces por minuto!

Para vivir un año es necesario
morirse muchas veces mucho.

Cumpleaños, Ángel González. 

      

domingo, 12 de junio de 2011

Adoro y detesto

   ADORO:

   La lluvia y el olor de todo tras su paso; los calcetines de colores; la tortilla de patata; la inocencia de los niños; el brillo de ojos de una mirada sincera; la cerveza fresquita; la sensación de la brisa sobre la piel; bailar; el mar y el sonido de las olas; el crepitar del fuego en una chimenea; los atardeceres; los pantalones vaqueros y las zapatillas de deporte; la sonrisa de la gente, sobre todo, al comenzar el día; las vistas que observo desde la ventana de mi habitación; viajar sin esquemas ; ducharme tras un día agotador; ser contradictoria; quedarme pensando en algo y perder la noción del tiempo; las croquetas de mi madre; acurrucarme bajo el edredón cuando hace frío; la risa de mi hijo....de él adoro todo; pisar la arena de la playa con los pies descalzos; andar descalza por mi casa; el cus-cús que me prepara Manuel...y todos sus detalles; reírme a carcajadas; las tapas y los pinchos; las amapolas y las margaritas; los delfines en libertad........


    DETESTO: (y aunque detesto, respeto...excepto la injusticia; para ella no hay respeto)
   Las puntillas y los encajes; los tacones y el maquillaje ; las judías verdes con aceite y vinagre; los cotilleos y la gente cotilla; el bullicio y las aglomeraciones ; conducir; los camisones; la gente retorcida y que siempre está a la defensiva; que no respeten mi intimidad; el calor excesivo; el pelo recién peinado de peluquería; los secadores; la injusticia y la impotencia que siento ante ella; los pantys y la ropa excesivamente ajustada; las arañas; el olor a sudor; la prepotencia; planchar; los masajes y las cosquillitas; el reggaeton; que se me olviden las cosas; los compromisos sociales; los abrigos de piel; el olor a gasolina; el mal aliento; que griten al hablar; las películas de terror; que Belén Esteban se haya convertido en una especie de insignia nacional; el hígado, la lengua, las manitas de cerdo; ......

viernes, 10 de junio de 2011

He cruzado océanos de tiempo para encontrarte......

Cumpleaños de Laura

    Hoy es el cumpleaños de Laura. Hace 34 años que llegó a casa en brazos de mi madre mientras mi hermano y yo observábamos un tanto decepcionados. Resulta que mi madre llevaba varios días sin estar en casa y ahora llegaba con un bebé ....vaya!!

    Pero se nos pasó pronto el disgusto. Nos tomamos tan en serio lo de ser hermanos mayores que un día, incluso la sacamos del cochecito y nos sentamos en el sofá con ella. Yo la sujetaba en mi regazo (con cuatro años) y mi hermano (tres), que hacía las veces de padre de familia, la miraba con orgullo.

    Ahora que lo pienso la llamábamos "bicho", "hipopótamo culón"...y eso que tiene un tipazo de infarto. Pero sobrevivió a nuestros apodos infantiles y nosotros sobrevivimos a esa vena que se le cruzaba. Cuando Laura se mordía el labio inferior con fuerza era mejor poner pies en polvorosa.

    Era una niña preciosa, y lo sigue siendo. Rubia, ojos azules verdosos o verde azulados y unas orejas con unos genes a prueba de bomba. A mí sus orejas siempre me han parecido graciosas pero a ella no le hacen ninguna gracia, y mucho menos ahora que se las ha dado en herencia a sus dos hijas. Qué sé yo...a mí me parecen una monada.

    Y a sus 34 años ella dice que ya ha vivido muchas cosas y las que le quedan por vivir....Se merece lo mejor porque es una gran persona y ha construido un rincón en el mundo muy especial.

    Yo espero seguir compartiendo con ella cada día, porque me encanta mi hermana. No me paro demasiado a pensarlo pero me encanta cómo es. Su ironía, su sensibilidad, su integridad, su entrega, su inocencia....incluso me encanta su genio, me produce mucha ternura. Ufff, debo estar haciéndome mayor.

    Feliz cumpleaños, "bicho".

jueves, 2 de junio de 2011

De mayor quiero ser...

    Hace ya unos días, le pregunté a un niño de siete años: "Oye, Jorge, ¿tú qué quieres ser de mayor? ". He de reconocer que la pregunta original no era, pero sí lo fue la respuesta.

    El niño, con los ojos como platos y con una naturalidad pasmosa, me contestó: "Los lunes, pintor; los martes, profesor; los miércoles, futbolista; los jueves, no lo sé; y los viernes, veterinario. "

    Toma ya!! No me habían dado una mejor respuesta en mi vida. Además, para tener siete años, lo tenía bastante claro; sólo dudaba los jueves y  tenía clarísimo que los sábados y los domingos no se trabaja.

    ¿Os imaginais que cada día trabajáramos en algo diferente? Nos llamarían un lunes al móvil: "Hola doctor, ¿me puede dar cita para el mes que viene?". El martes haríamos la maleta y nos pondíamos el traje de azafata, o de piloto, o de militar de la legión. Eso sí, no íbamos a ganar para tanto uniforme. Llegaría el miércoles y nos encontraríamos subidos en un trapecio, puestos a elegir, del Circo del Sol. El jueves, como Jorge, no sé. Y el viernes, para rematar la semana con emociones fuertes, podríamos ser inspectores de Hacienda o Registradores de la Propiedad, qué se yo. Así cogeríamos el fin de semana con más ganas....

   Nunca estaríamos cansados de la rutina, no veríamos las mismas caras cada día y tendríamos jefes múltiples. Y si nos organizamos bien, se pueden hacer turnos rotativos, de manera que tu vecina te puede planchar el uniforme de azafata y tú haces lo propio con la bata de médico.

    La moraleja de todo este mundo laboral surrealista, es que deberíamos escuchar más a los niños. Su espontaneidad es más inteligente de lo que nos creemos. En el fondo de sus afirmaciones late el subconsciente humano. Ya lo dijo Nietzsche. Quizá nos fuera mucho mejor si hiciésemos más caso a los niños, total, en el Gobierno ya hay unos cuantos vestidos con traje y corbata..... Desgraciadamente estos niños sólo tienen un trabajo, el mismo todos los días: amargarnos el nuestro.



  

miércoles, 1 de junio de 2011

Malditos eclipses


    A lo largo de nuestra vida hemos visto algún eclipse. Pero también los hemos sufrido.

    Quién no se ha visto eclipsado por un hermano, un amigo o incluso un partido de fútbol? Sin ir más lejos, un partido "crucial" puede llegar a eclipsar a toda una crisis económica. De repente el país parece resurgir: todo el mundo unido, al son del waka-waka. Shakira y sus caderas eclipsando a las interminables listas del paro. Todo un fenómeno!
    El problema es que tras el eclipse, la luz del sol brilla con más fuerza y la realidad nos golpea sin pudor. Pero...y lo inconscientes que nos hemos sentido durante el eclipse? Que nos quiten lo bailao! (Como diría la otra).

    Si tienes la mala suerte de nacer un 25 de Diciembre, o un 6 de Enero...eso si que es un eclipse maldito, pero maldito de verdad. Cuando eres niño, no se multiplican los regalos, no. Al contrario...los padres aprovechan la coyuntura y ya no sabes si han venido los Reyes Magos, Papá Noel o tu tía la de Cuenca. Tienes regalos pero no tantos como si hubieses nacido un 21 de Enero, por ejemplo. ¿Y que culpa tengo yo?

    Luego están los eclipses literarios. El pobre Manuel, que tuvo un hermanísimo, Antonio. ¿Pero quién le mandaría a él escribir poesías? Si hubiese sabido que su hermano le iba a eclipsar, habría sido el Doctor Manuel Machado, y tan tranquilo. Pero no, le dio por escribir, y con bastante acierto...pero más acertado estuvo Antonio, así que se tuvo que conformar con aparecer en los libros de texto como " el hermano de...". Leonor, Castilla, Andalucía y Guiomar terminaron por oscurecerle del todo: eclipse total.

    Hay eclipses que duran tanto que uno pierde la noción del tiempo...ni siquiera te acuerdas cómo era todo antes del eclipse. La gripe A....sin comentarios.

    Y por fin, y por hacer mención a un eclipse muy reciente, Ortega Cano. El torero ingresado de gravedad, ha opacado la muerte de Carlos Parra, que, por cierto, si a alguien le interesa, era el hombre que conducía el otro coche. Por desgracia, no estuvo casado con Rocío Jurado así que nadie habla de él. Maldito eclipse.....