viernes, 21 de octubre de 2011

Encuéntrame un tesoro

    El Sábado, 15 de Octubre fue uno de los días más tristes de mi vida. El sábado pasado se murió Iago, un alumno mío de diez años. No creo que nadie esté preparado para recibir una noticia de este tipo.

    El viernes estuvo en clase, como siempre. Se marchó contento porque casi había terminado todos los deberes, y me despidió con una sonrisa de satisfacción.
    Al día siguiente terminó lo que le quedaba y, como premio, sus padres le dejaron conducir el buggy por el jardín. No entro en detalles porque sobran y no importan en absoluto. Iago se nos fue.....

    No he sabido asimilar la tragedia. No he sabido todavía.

    Iago era un niño espectacular. Con unos ojos azules profundos y una mirada llena de agradecimiento. Me enseñó que en la vida uno no se puede rendir. Me enseñó que las dificultades no nublan la sonrisa.
    Iago tenía dislexia. Nunca le vi un mal gesto, una mala cara, por tardar casi tres horas en completar su trabajo. Tenía que dedicar el doble que el resto de los niños y, sin embargo, sonreía y se sentía tan orgulloso al terminar....

    Yo sólo sé que con Iago se me ha ido un trozo de mi alma. Todavía le veo llegar en bicicleta, esperar con la mochila, leer cada día mejor.... Era portero de un equipo de fútbol, quería ser albañil y era un crack esquiando. Idolatraba a sus padres y le brillaban los ojos aún más cuando hablaba de ellos.

    El viernes 14 me dejó un libro: "No entiendo nada, Natalia. Pero nada de nada". Yo le dije: "No te preocupes que yo te ayudo a hacer resúmenes capítulo a capítulo". Y me he quedado con el libro....no se lo he podido devolver. ¿Y qué más da que no lo entendiera? No se lo he podido devolver.

    Encuéntrame un tesoro. Así se titula. Me temo, Iago, que el tesoro eras tú. Y ahora sólo nos queda encontrarte en cada recuerdo, en cada rincón que has dejado tan vacío....................

    Te quiero mucho, Iago, mucho, mucho.

   

viernes, 7 de octubre de 2011

Surrealismo en estado puro

    Hasta hace poco creí que el Surrealismo era un movimiento cultural de Vanguardia, de finales del siglo XIX. Estaba confundida.
    El Surrealismo es ir hablando con alguien por la calle y que, de repente, desaparezca porque se ha caído en una alcantarilla. la persona que va contigo no sabe si reír a carcajadas o pedir ayuda desconsoladamente.
    Surrealista es ir a entrar en el metro y que se te cuele una pierna entre vagón y andén. Uno siente una especie de cosquilleo entre miedo y vergüenza.
    Surrealista es que tires un dardo intentando dar al centro de la diana y que el dardo se te quede en posición vertical, ahí, enganchado como si nada. Todo el mundo alucina y tú piensas que no has conseguido atinar donde querías.
     Surrealismo puro es que vayas andando tranquilamente por tu casa con un bastoncillo en la mano, lo tires con descuido a la basura y encaje directamente en la pequeña abertura de un tetra-brick de leche.
     Surrealismo es que uno vaya corriendo por la calle y se choque de bruces con una señal de tráfico, hasta tal punto que debas generar historietas que sirvan como justificación al tremendo chichón que te ha salido en la frente.
    Surrealista es que salgas a la calle con un calcetín sí y uno no. No es suficiente con salir con uno de cada color, no. Es mucho más surrealista olvidar que tienes dos pies.
    ¿y por qué entiendo yo tanto de situaciones surrealistas? Pues porque todas, sin excepción, me han sucedido a mí. Y me dejo bastantes....

    Por supuesto que es mucho más interesante el movimiento vanguardista pero...hoy necesitaba reírme de mí misma.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Posteritati

    ¿Por qué aspectos quiero que se me recuerde tras mi muerte? ¿Deseo que me recuerden por quien fui, por lo que hice? Y si es así, ¿estoy de verdad viviendo una vida digna de recordar?.
    Cuando llene el espacio de ausencia...¿qué echaran de menos los que realmente me conocen?

    Fui una persona alegre, aunque en ocasiones perdí el norte de mi risa. Lloré en la misma proporción que hice resonar mi carcajada. Fui incoherente, absurda, en ocasiones contradictoria. Habrá quien recuerde mis desatinos, mis tropiezos...que fueron quizá demasiados.
    Provoqué el llanto ajeno...lo cual lamento profundamente. Intenté sanar a quien dañé, pero no siempre pude.

    Aventurera inconsciente, insatisfecha en mi búsqueda...me guié siempre a través de los impulsos de mi corazón. Infancia despierta, adolescencia rebelde, juventud quebrada...madurez colmada de sueños y sosiego.
 
   Habrá quien me recuerde por mis calcetines de colores, por el pelo despeinado, los bajos rotos de los pantalones, mis pijamas estampados. Por mis manías, mis reflexiones, mis cómicas teorías...qué sé yo...

    Pero deseo permanecer en la memoria por mi sonrisa y el brillo de mis ojos. Sé que forman parte de mí pero a veces danzo sobre aristas y se escurren sin dejar rastro. Si mañana, o pasado mañana...o dentro de diez días, diez años o cincuenta....me alejara entre la bruma, quisiera que mi sonrisa no viajara conmigo. Quisiera que fuera huésped sedentario en los corazones de quien amo.

   Y no pido más, ése será mi humilde legado.


    

domingo, 2 de octubre de 2011

Hogar, dulce hogar

    Desde pequeños, entendemos que algún día tendremos una casa propia.

    Recuerdo que jugaba con mis amigas y un papelito. Después de marear aquel papel doblado, por fin, te señalaba tu futuro: Te vas a casar a los 25, con un chico que se llama Roberto. Vas a tener cuatro hijos y viviréis en una cabaña de madera en Suiza (por ejemplo ) Nada más lejos de la realidad, pero menos mal... porque...¿qué hago yo con cuatro criaturas de un tal Roberto, correteando en una cabaña de madera? Y en Suiza!!
    Si algo de todo eso se ha cumplido, amigas de la infancia estarán viviendo en áticos en Nueva York, en palacios en Francia, y en tiendas de campaña en África...
    En mi caso concreto , la realidad ha superado con creces al vaticinio de aquel juego infantil. Por supuesto no en el número de hijos...( de momento ) ni en el nombre del marido. Y mi casa tampoco es de madera ni está en Suiza, pero es la casa más bonita del mundo (como diría yo misma de pequeña ).

    Siempre supe que viviría en un lugar en contacto con la naturaleza. Supe que la casa sería la excusa para un entorno tan poderoso que la hiciera insignificante. Y así es.
    Cuando me despierto, me golpean las copas de los árboles y el movimiento ondulante del campo. Y no mucho más allá, el agua del río discurriendo veloz hacia su desembocadura. Montes, casas desperdigadas, árboles frutales... un regalo para los sentidos.
    El interior no es más que el fruto de nuestras ilusiones y nuestro divagar de ideas. Criticable en el estilo, personal en el gusto...rezuma noches de desvelo. Colección de sensaciones. 
    Ante todo, nuestra casa somos nosotros. Y no pretendemos más que sentarnos en el sofá con la certeza de que hemos creado nuestro rincón en el mundo.

Y no tiene nada que ver, pero ya que estoy, añado otra imagen de mi casa, que para eso la hemos diseñado nosotros!!!

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