domingo, 24 de julio de 2011

Atardeceres



  ¿Por qué nos produce esa sensación de sosiego una puesta de sol? Es el único ocaso que nos resucita.
    Otros ocasos nos producen escalofríos y, sin embargo, los atardeceres con su divina aflicción, nos devuelven a la vida.

    Tener la certeza de que existe un mañana tras el fin,  de que el sol que hoy se apaga, nos anuncie un eterno retorno. Al ser humano ese tipo de seguridad le produce calma, melancolía y poder.

    A veces caminamos tan rápido que nuestros propios pasos nos devoran y al llegar el preludio nocturno, no nos detenemos a observar la sinfonía de colores y sonidos mudos. Deberíamos coleccionar atardeceres en nuestra retina para no desprendernos nunca de la grandeza de sabernos minúsculos ante tanta belleza.

 

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