jueves, 10 de noviembre de 2011

Sirenas bajo la ducha

    Cuando era pequeña, tenía la firme creencia de que debajo de la bañera se encontraba el fondo del mar. Hasta tal punto llegaba mi teoría, que solía sumergirme y notar el cosquilleo de los peces de colores en las plantas de mis pies.
    Creo que la culpa de todo esto la tenía un anuncio de gel o champú, ya no recuerdo. La mujer se daba un sugerente baño de espuma y al dejar resbalar su cuerpo dentro de la bañera, miles de peces y corales la rodeaban.
    Con el tiempo descubrí que no sólo no se encuentra bajo mi cuerpo el fondo marino sino que es mucho más recomendable ducharse. Pobres pececillos de colores, anémonas y erizos...pero no podemos derrochar .....

    Ahora, cuando me ducho, me da la impresión de que lo que hallo bajo el agua es el fondo de mis pensamientos. Y esto no me lo ha inculcado ningún anuncio, ni mucho menos. Por eso me siento dulcificada cuando caen las gotas sobre mis hombros. Escurro los brazos a la vez que escurre el agua y me rindo a la paz que me ofrece tan bendito momento.

     Durante segundos, me siento sirena, no por la cola de escamas ni por la exuberante melena sobre mi torso. Me siento sirena por el autohechizo de mis cantos, de mis reflexivas melodías. La paradoja del mito, caer presa de tu propia magia.

     Y así soy yo, que convierto una simple ducha cotidiana en una especie de catársis universal.

1 comentario:

  1. tu vida en sí es un continuo frenesí, no sólo haces de la ducha una catasis, sino que transformas y purificas todo lo que te rodea, y a nosotros los que estamos cerca. Es una suerte y por ello me siento afortunada. un abrazo enorme y disfruta de tus duchas!!:)

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